Hipoterapia en lesiones traumáticas cerebrales
Un paciente con una una lesión cerebral traumática puede mejor que nadie para demostrar la eficiencia de la Hipoterapia, La lesión traumática cerebral es definida como un impacto causado por una fuerza exterior que produjo daños en las fibras comunicacionales del sistema nervioso. Este daño hace aparecer múltiples deterioros y debilitación en la función cognoscitiva pero no significa que quedan limitados a perder un sano juicio, falta de memoria, razonamiento, no poder planear sus acciones y dificultad para resolver sus problemas. Puede involucrar también problemas físicos (musculoskeletal) como ataques, espasticidad muscular, problemas de vista y oído, olfato y sabor, lenguaje, falta de resistencia, pérdida del control de los miembros, carecer de respuesta propioceptiva y sensación de estímulo, dificultad de equilibrio, coordinación y reducción de movimientos espontáneos.
Como resultado este paciente poseedor de tantos problemas o déficit encontrará en la Hipoterapia una maravillosa ayuda y una apropiada actividad en su plan de cuidado. La más común mal alineación que estos pacientes experimentan, es su postura sacral de sentarse con su pelvis inclinada hacia atrás y sus piernas extendidas. Cuando el kinesiólogo lo hace sentarse a horcajadas en un caballo, las piernas se estiraran en una posición más neutral al relajar el flexor de la cadera, mientras que el caballo se mueve trata de rotar la pelvis en una alineación más normal. Tal ajuste toma tiempo, sin embargo una vez ajustado, el paciente es enseñado a sostener esa posición en sus sesiones de Hipoterapia y en su diario vivir.
Como el caballo en movimiento proporciona un consistente estímulo multisensorial, el paciente puede tener dificultad en organizar tal estímulo sensorial. Se beneficiará no solo en eso, sino también con las múltiples ventajas que ofrece y con los ejercicios proprioceptivos que el kinesiólogo aprovecha durante el tratamiento.
A medida que el paciente mejora, las sesiones de terapia comienzan a convertirse en más desafiantes para el kinesiólogo, quien procurar re-enseñar al cerebro a procesar el complejo movimiento múltiple motor, paso a paso mientras que el paciente aún experimenta la "sobrecarga" sensorial que produce el medio ambiente y el caballo en sí mismo.